¿Por qué lo sigo haciendo?Se supone que lo había dejado, ¿no? Lo quiero dejar. Ya no quiero ser la misma drogadicta. ¡Quiero cambiar!
No quiero ser una aislada, una "rara". ¿Lo soy? ¿Soy rara por pensar lo que pienso? ¿Por pensar cómo pienso? Hum, no lo creo. No soy rara. No soy diferente.
Todos pasamos por malos ratos, sí, aquéllos en los que lo único que queremos es hundirnos en nuestra mierda, pero; ¿es eso saludable? No, no lo es. Pero, ¡carajo! Hoy en día: ¿qué es saludable? Nada.
Nuestro mundo, nuestra gente; todo está mal. Lo que antes era bueno ahora es malo, y lo que antes era malo ahora es bueno, ¿me entienden?
- Maestra Harker, ¿podría proseguir con la clase? - la voz de unos de mis alumnos me sacó de la ensoñación en la que estaba hundida.
- Oh, lo siento Sr. Freeman. Prosigamos. Bien estábamos estudiando el comportamiento en los seres humanos, ¿alguien me puede mencionar los principales síntomas de la depresión?El aula permaneció en silencio.
- Mmm, ¿qué se supone que están haciendo en la facultad de Psicología? No pueden siquiera responder esta fácil pregunta.Un brazo se alzó con timidez, era el Sr. Lisboa; uno de mis mejores alumnos, y tambíen uno de los más timidos.
- Tiene la palabra, Sr. Lisboa.
- Gracias, los principales síntomas de la depresión serían: el insomnio, disminución de energía, alteraciones del comportamiento y pensamiento, tristeza patológica...
Y así pasó otro día en mi trabajo, sí; trabajó en la Facultad de Psicología, lo sé es estúpido pensar que una maestra de Bases Biológicas de la Conducta tenga trastornos mentales, pero bueno qué más da.
Me presento, me llamo Graüben Harker, tengo veintiocho años y tengo transtornos mentales; y todo gracias al tipo de vida que me dieron mis "amados" padres, puedes imaginar lo que quieras, pero sí quieres comprender mi mente debes leer esto. Vamos, no es tan malo, ¿o sí?Sólo quiero que el suplicio termine silenciosamente.
viernes, 29 de mayo de 2009
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